Un poema para mi madre, que en paz descansa (aunque nunca se sabe), mira madre no soy una inútil, puedo escribir poesía.
Un día llegué al mundo no siendo nada
un ente sumergido en el olvido de casi todo el mundo
sin embargo, tuve una luz que iluminó y nubló mi camino
pero no me mantuvo del todo aislada.
La estrella que debía cubrirme y protegerme
solo me arrojó al vació, envuelta de incertidumbre
y al fin, un día ella se marchitó también,
hoy ya no se si eso me hace o no sentir bien.
No siento nada, porque no hay nada, no queda nada
que sentir, que decir o hacer, tuvo su oportunidad
y solo prefirió dejarme morir en soledad
sola y llena de humillación en mi vida.
Siempre fui más feliz lejos de ella que a su lado
le tuve cariño, en mi es inevitable
pero no puedo perdonarle todo aquel dolor causado
en especial porque nunca me pidió dicho favor otorgarle.
Puede que suene como la mujer más tirana
pero de verdad que ella no merecía mi amor
hizo mucho daño a su alrededor
y jamás le importó, ahora solo es una estrella apagada.
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