Mientras más días hablábamos
Aumentaba mi interés por ti
me entusiasmaba cuando te veía allí
y me consumían los nervios.
Siempre buscaba las palabras correctas
y la sonrisa perfecta
pensando que era la manera idónea
Sin darme cuenta de que no eran necesarias.
Porque los dos somos iguales
No necesitaba fingir ser diferente
o tener que apagar mi mente
era como si leyeras mis pensamientos.
Cada suspiro era por ti
manteniéndolos en secreto
esperando el mejor momento.
Cuando al fin pude tocar tu piel
y ver a través de tu mirada
me hizo sentir más hipnotizada.
Y aun así los versos seguían ahogándose
dentro de mi pecho que deseaba gritarlos
mientras nos sujetábamos de las manos.
Me sumergía en un sueño
en el que escuchaba cantar a los ángeles
cuando en realidad era mi corazón que latía de nuevo.
Hasta que aquel secreto desapareció
y pude mostrarte lo que ocultaba
que yo quiero compartir contigo la luna
y perdernos sin importarnos el mundo.
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